miércoles, 11 de noviembre de 2009

Rescate en la Sima AN-51, Piedra San Martín (Navarra)

Interesante relato de un rescate ocurrido en abril de este año.
Ocho de la mañana. Llegas a tu trabajo. Suena el teléfono: Necesitamos dos personas de esa unidad. Hay una emergencia en Pirineos y nos hacen falta espeleo socorristas. La respuesta no se hace esperar, subes al coche con tu compañero y después de cruzar media España, apareces en el lugar dispuesto a trabajar.
 
En la base operativa te informan: Estás en el “equipo 3”, tu área de trabajo es un tramo de dos kilómetros de galerías. Tienes que relevar al “equipo 2” en este punto y entregar la camilla al “equipo 4” en este otro. Saldrás para allá a las 24:00h. Son las 16:00h. Te faltan ocho horas para entrar. Preparas tu equipo y te vas a descansar.

A tu disposición hay una litera. Aunque no duermes, descansas. Tumbado desde la cama comienzas a ver movimiento, miras tu reloj, las 23:30h. Ya está, es la hora.
En la calle no para de llover y aún nos quedan dos horas de caminata hasta la entrada de la Sima. La niebla no te deja ver el camino. Te pierdes una y otra vez. Consigues llegar.
Entras en la cueva expectante y empapado por la lluvia. Llevas memorizada la reseña de la cavidad. En tu mochila dos barritas y un bocadillo que no sabes lo que durarán. Has estado en más cuevas y sabes lo que te espera.

Bajas, bajas y bajas sin parar. Comienzas a imaginarte remontando todos esos pozos. Quieres pensar en otra cosa pero es imposible. Menos doscientos, menos trescientos, menos cuatrocientos… ¡Dios, no paramos de bajar!

Rescate en la Sima AN-51, Piedra San Martín (Navarra)
Rescate en la Sima AN-51, Piedra San Martín (Navarra)
Te encuentras con socorristas que regresan del fondo de la cavidad. Es un grupo de franceses. Apenas conoces el idioma así que poco puedes hablar. Les escuchas decir: “bons jours”. Y les respondes: “bonnes nuits”. (Porque tú sí sabes que afuera ya es de noche). Te despides. 

Rescate en la Sima AN-51, Piedra San Martín (Navarra)
Rescate en la Sima AN-51, Piedra San Martín (Navarra)



Sigues avanzando. Llevas 8 horas sin parar de caminar, reptar y casi hasta de nadar.
Por fin llegas al punto de encuentro. Aún no ha llegado el equipo 2 con la camilla. Instalas cuerdas. Hay un bordillo de 15 metros que superar.

El equipo 2 viene retrasado. Te comenta un espeleólogo que aparece por el fondo de la cavidad. Aún hay que esperar.

Comes parte de tu bocadillo y guardas la otra mitad. Estás parado. Comienzas a temblar. Intentas defenderte del frío moviéndote, pero la ropa está empapada por la humedad y el agua que has pisado. El poco calor que te queda se va esfumando.

Sacas la manta térmica para unirte con ella al calor humano de los demás. Aquí hay un grupo de siete. Al lado otro de más. Entre varios formáis una gran campana cuyo interior se va calentando con la llama de los carbureros. Ya no quieres salir de ahí dentro. Qué calorín. Te duermes.

Rescate en la Sima AN-51, Piedra San Martín (Navarra)
Rescate en la Sima AN-51, Piedra San Martín (Navarra)


Te despiertas tirando de un polipasto para subir la camilla hasta ti. Estás rodeado de gente. ¿Cuántos hay? ¿30, 40 personas? No te paras a contarlas.

Un socorrista del equipo 2 te reconoce. Le saludas como si le hubieras visto ayer, pero ya han pasado 15 años. No tienes tiempo para alegrarte de verlo. Le dices algo pero hay que continuar.

Alguien comenta que son las cuatro de la tarde. Han pasado 14 horas desde que entraste.

Sientes un calambre en el brazo y te das cuenta de que, a pesar de no parar, no has bebido nada en mucho tiempo. Bebe, bebe, te tienes que repetir constantemente, para no deshidratarte, a pesar del frio y la humedad reinante. Los médicos mandan parar. Anette se está mareando. Necesita descansar. “Pararemos dos horas”, dice el médico.

Rescate en la Sima AN-51, Piedra San Martín (Navarra)
Rescate en la Sima AN-51, Piedra San Martín (Navarra)


Aprovechas para beber y te comes una barrita mirando de reojo la otra mitad del bocadillo. Te metes bajo la campana. Las mantas se están rompiendo por lo que cada vez sois más gente a cobijar dentro de las que aún están enteras. El frío entra por todos lados. Todos tenéis frío. Nadie para de temblar. Ya no te vuelves a dormir.

El médico da la orden de seguir y te peleas por ir a portear para entrar en calor. Se acerca lo peor. El tramo de la cascada. No te quieres mojar. Aquellos que llevan el neopreno se echan al agua los primeros. Tú les sigues sin pensarlo. El agua está helada pero aguantas sin rechistar.

Forras la camilla como el cochecito de un bebé un día de lluvia y avanzas con ella bajo la cortina de agua a toda velocidad. Ya estás calado, es una putada pero confías en que moviéndote te irás secando. Deseas que todo acabe pronto. No preguntas la hora, te da igual. Aquí el tiempo está parado. Pero piensas en si afuera se habrá pasado el día ya. De repente te acuerdas del francés del principio. ¿Serán “bons jours” o “bonnes nuits”? Qué lejano parece ahora ese encuentro.

Comienzas a acelerar. Sabes que el punto de entrega está cerca. Llegas. El equipo 4 está mermado. Tiene ocho personas para recorrer el kilómetro que queda hasta la base de los pozos. Deberían ser veinte pero solo hay ocho. ¿Qué ha pasado? La gente de ese equipo ha tenido que subir en apoyo de los contrapesos a los pozos superiores. ¡Faltan socorristas! La realidad te golpea en la jeta de tal forma que la mala hostia te hace entrar en calor. Tu equipo tiene que seguir porteando.

Desconectas de tu cuerpo. En estos momentos es mejor dejarle trabajar solo. Mientras tanto tu mente le espera en la sauna calentita del balneario de la isla de La Toja, comiéndose una buena caldereta de bogavante con un litro de albariño. Con más voluntad que fuerza sigues tirando de camilla. Te duelen los riñones y ya no sabes en que lado ponerte a tirar.

Echas una mirada a la cara de Anette. Está tranquila. Infunde paz. Lleva tres días tumbada en la misma posición y no has escuchado ni un quejido. La morfina inunda sus venas.

Rescate en la Sima AN-51, Piedra San Martín (Navarra)
Rescate en la Sima AN-51, Piedra San Martín (Navarra)


Llegas a un cruce de galerías y dudas por cuál hay que seguir. Voceas más que dialogas sobre la elección del camino adecuado. De repente, escuchas una voz emergiendo de la camilla: “à la droite”. Miras incrédulo a la cara de Anette mientras repite esas palabras señalando con la mano alzada: “à la droite”. En silencio sigues sus indicaciones. Alguien comenta: Se conoce la cueva hasta boca arriba y drogada. Os echáis a reír.

Siguen pasando las horas. Te arrastras por una gatera. Otros esperan por detrás. Intentas meter la camilla. Se oye una voz: “no pasa, dale para atrás”. Vuelves a intentarlo. Se engancha. No sale. Te desesperas. Sabes que la base de los pozos está justo al otro lado.

Después de una vida luchando la consigues destrancar. Ya llegas. Estas en la base de los pozos.

A partir de ahora la camilla es del equipo 5. Tú ya has hecho tu trabajo. 22 horas sin parar.

Rescate en la Sima AN-51, Piedra San Martín (Navarra)
Rescate en la Sima AN-51, Piedra San Martín (Navarra)

Intentas marcharte, pero un jefe del siguiente equipo te lo impide. No puedes adelantar la camilla en los pozos. Hay que dejarla subir con libertad. Sois muchos y retrasaríais la camilla. Solo se marchan unos pocos.

No te lo puedes creer. Te comes la mitad de tu bocadillo bajo otra campana y aguantas el frío ocho horas más.

Por fin sales al aire libre. No sabes cómo has logrado remontar los pozos, pero ahí estás. Otra vez es de noche. Por lo menos no llueve.

Afuera, la familia de Anette, la besan y la abrazan.

Tus compañeros te felicitan y les respondes con un leve saludo. Estás destrozado. Solo quieres descansar. ¡Por fin todo ha acabado!

Publicado el 15 de Abril de 2009 por Anselmo en el blog de espeleo