jueves, 3 de diciembre de 2009

!Yo quiero 2¡


Para superar grandes verticales en espeleología se desarrollaron tornos mecánicos con instalaciones complicadas que no se justificaban sino en expediciones "pesadas" tipo la Piedra de Sant Martín. Pero la necesidad existía y se idearon variedades tipo torno-bicicleta como el que funcionó en el pozo Juhue.


Éstos sistemas válidos para los primeros pozos no resultaban bastante operativos para las sucesivas verticales.
Todavía existe el problema en operaciones de rescate, o de las grande verticales aéreas, por los que se diseñó un descensor mecánico con cuerda propulsado por bencina. Eliminar los gases de la combustión se convirtió en un problema para no intoxicar al espeleólogo y ponía en peligro la integridad de la cuerda y del explorador. Llegando este punto la solución podía consistir al diseñar un aparato con alimentación eléctrica.

Pues he aquí que una empresa holandesa comercializa para actividades militares o similares un aparato funcionalmente interesante pero de precio prohibitivo para la mayoría de los espeleólogos (entre 6.000 y 12.000 euros según modelo). Hay que contar con un peso del aparato de unos 12 kg y permite un descenso por cuerdas de 10 a 12 mm de cualquier longitud y un ascenso limitado por la capacidad de la batería para remontar 150 kg durante unos 300 m. Se recarga en 30 minutos y se puede sustituir la batería en medio de una operación.

Evidentemente no se habla de que cada club disponga de uno de estos, pero no vendría mal que los de "rescate" dispusieran de uno y varias baterías de recambio. Definitivamente, quiero uno para el Carlista
Algunos vídeos del cacharro