
Para el descenso por el pozo pensaban usar una cabria a pedales y unos 400 metros de cable de acero de 5 milímetos de grosor.
La cavidad de Lépineux, llamada sima de la Pierre St. Martin, tenía su entrada en una cresta rocosa a 1.700 metros de altitud cerca de la frontera española.
La expedición estableció el campamento en la ladera y aseguró la cabria cerca de la entrada del pozo. Lépineux, como descubridor fue el primero en bajar. Vestido con un apretado correaje de paracaidista fijado al cable por una sola abrazadera, franqueó lentamente el borde. Un ayudante pedaleaba la cabria despacio, soltando el cable poco a poco. Pronto la voz de Lépineux no llegó al exterior, y el explorador tuvo que comunicarse por teléfono.